[Ex-Líder Ángel] Gabrielle

por **Gabrielle** Lun Oct 29, 2012 6:38 am

Gabrielle

Stephanie ▪ Hwang ▪ Inmemorable ▪ Ángel ▪ Pansexual ▪ Diversa

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Tranquila y tolerante, mira con ojos cálidos y una gran simpatía. Es fácil de sorprender, y así de fácil de satisfacer; no pide mucho de los demás, pero entrega lo que puede de sí. Siempre sonriendo y emitiendo una sensación de ser divertida, brillante y agradable a los demás. Gabrielle es un ángel conocido por su gran capacidad para encontrar la calma tras la más turbia tormenta. Siempre trabajando y esforzándose por lograr lo que quiere, es demasiado afectuosa con todo su entorno, aún pese a ser diligente suele distraerse fácilmente, hasta puede parecer un poco torpe por eso. Llamémosle encanto.

Posee una gran curiosidad, imaginación y creatividad. Es impredecible, puede hacer cosas que los demás no esperan de su persona, le gusta probar cosas diferentes y es quizá uno de los ángeles que más valora su trabajo, las cosas bien hechas son todo su estilo, no importa cuánto deba sacrificar para lograrlo. Es humilde y sincera, siempre con una forma característica de tratar a las personas como si fuese una niña ingenua ajena a toda maldad. Aunque ese no sea su dilema, siempre busca enseñar a las personas de una buena manera. Suele ser por lo general apacible, pero cuando se enoja es mejor no dialogarle en lo absoluto o ir en contra de sus palabras, se le considera como el ángel más rígido de todos por sus dos caras, se ha forzado a mantenerlas con el tiempo por carácter y porte frente a sus iguales. Demuestra una gran vitalidad al hablar, a pesar de su calma, su inocencia no es un impedimento cuando se da cuenta de que alguien le miente. Y aunque no lo parezca, es posible molestarla; cuando sucede es fría y seca.

Sus características, sus rasgos, y la falta de la esencia humana quizá por inconsciencia le vuelve una persona coqueta, Gabrielle actúa por la simple inercia y la fascinación que las cosas puedan reflectar para tomar su atención, por lo que muchas veces suele ser malentendida innecesariamente. Aunque nunca le ha representado problemas de ningún tipo.

GUSTOS

▪ El color rosa.
▪ Los gatitos.
▪ Dibujos animados.
▪ El piano.
▪ Leer.
▪ Cualquier tipo de peluche.

DISGUSTOS

▪ La soledad.
▪ Perder la confianza de sus ángeles.
▪ Pepinillos.

HISTORIA

- Entiéndelo, no puedo...
- Todos cometemos errores, nuestro padre no nos creó como seres perfectos.
- Yo nací para serlo... Y le fallé.

Minutos amargos de silencio pasaron luego de que aquellas palabras llegasen a Gabrielle. La tristeza ahora era reflejada en sus ojos sin contar la falta de su peculiar sonrisa. Detalló el horizonte, el crepúsculo tan imponente gracias al sol escondiéndose tras las montañas de forma muy lenta; tardó más tiempo del debido en volver a decir algo. Pero no podía callar, no ese momento, suponiendo que sería el último en mucho tiempo.

- No fallaste... -Agregó con un frágil tono de voz. Bajo o alto, sabía que sería escuchada.- Solo creaste a alguien igual de perfecto que tú. Él te falló a ti.

Años pasaron, demasiados como para recordarlo, Gabrielle buscaba en sus memorias la voz firme de Metatron con tanta insistencia y le era imposible. Como si hubiesen borrado su memoria por completo. Su cuerpo enfatizaba por completo ese sentimiento desagradable, haciéndoselo saber de la peor manera: La falta de alguien importante. Nunca imaginó que las cosas serían de esa forma.

Desde el encuentro bélico con Luzbel en el cielo y la traición de la mayor parte de la triada inferior angélica, Gabrielle ocupó el puesto de Metatron como la mano derecha de El Creador por su valentía y atrevimiento contra la nueva revelación. Gabrielle era un ángel trabajador, por mucho fiel a lo que representaba y con la capacidad suficiente para comandar la triada en la tierra, sin embargo dentro de si mismo se encontraban ciertos temores que debía vencer antes de aceptar la petición de su padre. El cuerpo de los humanos habían dejado de irradiar esa inmortalidad que les haría fortalecer con el paso del tiempo, por lo que el ángel aceptaba las consecuencias que acarrearía la atavicia. ¿Cuántos fueron? ¿Veinte? ¿Más quizá? Ya no podía recordarlo, pero apreciaba internamente la ayuda que le habían prestado los humanos para protegerles discretamente entre ellos. Bangkok se le conocía como la ciudad del pecado por muchas razones, Gabrielle lo consideraba como el sector que una vez poseyó el nombre de "El Jardín Prohibido", protegido por Adán.

En las montañas más alejadas, donde el frío alcanzaba a congelar lo que estuviese a su paso, se alojaba una gigante piedra tallada a la imagen de un ángel, cubriendo una conformación rocosa semejante a una cueva. Habían pasado demasiados años como para contar los segundos, minutos, horas, días o semanas, tanto que ya no importaba cómo habían acabado las cosas entre los tres ángeles principales. Gabrielle había atendido al llamado de Seraphiel y ahí se encontraba, ocupando el cuerpo de la joven conocida como Stephanie, expuestos al frío en muchos sentidos, pero más que todo, a las sensaciones tan dolorosas que acarreaban en su interior.- Me alegra tu asistencia, Gabrielle... -El cuerpo que ocupaba Seraphiel era hermoso a sus ojos, tan elegante en porte, una mirada calmada y facciones suavizadas, pero su estado de ánimo no podía pasar desapercibido para Gabrielle. No podían esconderse nada.- Tienes algo para mi ¿No es así? -Quien poseía el cuerpo fémino habló sin rodeos. Pudo ser muy fría en palabras, pero sabía que sus razones serían entendidas. Estar ahí, ya era por demás incómodo.

Seraphiel se vio en la necesidad de callar y llevar su diestra a los bolsillos que conformaban su pantalón, entre sus dedos se deslizaba un pequeño colgante bañado en oro: Era un crucifijo creado con esencia angélica. Gabrielle le observó con una gran confusión en sus fracciones, luego su mirada se dirigió a la piedra que privaba la entrada a la cueva donde Metatron descansaba, alejado de todo ser.- No te pido que lo aceptes, solo te diré que él... Solo desea ser disculpado. -Un suspiro se permitió escapar de aquellos labios. Era la primera vez que Gabrielle ejecutaba tal acción, y ahora entendía su función. Se sentía más aliviada. Tomó el crucifijo idealizado en colgante, y con lentitud lo colocó alrededor de su cuello; lo acariciaba y veneraba, obsequiándole agradecimientos a Metatron mediante una conexión angelical que, ahora no sabía si cumpliría su
función.

- Estarán a salvo... -Murmuró la del cuerpo femenino. Lo prometió por su propia existencia, Gabrielle siempre hablaba en serio, no permitiría que algo les ocurriese a sus hermanos. Tan breve había sido esa visita prohibida, que apenas recibió el obsequio, su cuerpo se había desvanecido por completo del perímetro. Ahora solo quedaba la esencia helada de siempre... Pero algo había cambiado en el ambiente.

El ángel Gabrielle se refugió en un reconfortable sitio a las afueras de Bangkok, un templo abandonado y cubierto por toda maleza ponzoñosa, cargada de una increíble divinidad. Bajo el nombre oficial Stephanie Hwang, ahora su única preocupación era el primer movimiento de Lucifer, aquél antiguo hermano que aún no aparecía ante sus ojos. Pero estaría preparado para él, y sabía que sus hermanos estarían para respaldarle más pronto de lo que esperaba. No había inicio, ni había fin, aún.

EXTRAS

▪ Tiene un refugio de animales detrás de su casa.
▪ Adora a sus ángeles como a nadie. Y daría su vida por cada uno de ellos.
▪ Posee un crucifijo de oro bañado en la divinidad de Metatron como obsequio.
▪ La humana Stephanie desconoce el paradero de su familia desde que tiene memoria.

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